Por Paola Patiño
Que levante la mano quien no ha pronunciado, alguna vez, la tan citada frase: “los niños son el futuro del país”. En efecto, no dudo que las personas así lo crean. Digamos, es un poco obvio. Pero cuando digo niño y cuando escucho esa repetida expresión, automáticamente las asocio con educación. Justamente, en países como el nuestro, cuando se habla de educación es cuando más se repite esta frase o cuando de vez en vez se nos recuerda a todos los peruanos que vamos últimos o penúltimos –qué más da- en el “concurso” de la educación, medido únicamente a través de la comprensión de lectura, de sumar, restar, etc. Sí, hay mucho de esto por resolver. Pero considero que eso no es lo único que se debería medir para hablar de la tan anhelada calidad educativa. Dónde queda la igualdad de género, la interculturalidad, la exclusión, y tantos otros temas.
Bernard Curtis, fenomenólogo [1], afirma que “el maestro se parece a la atmósfera; su conducta manifiesta signos que se interpretan como un día soleado o amenaza de tormenta” [2]. A propósito de lo mencionado por Curtis se me viene a la cabeza el cuento de César Vallejo: “Paco Yunque”. El cuento trasmite la sensación exacta de lo que se denomina “FRUSTRACIÓN”. Con mayúscula para que se sienta más. El pobre niño Yunque es presa de las diferencias socioeconómicas que abundan en el Perú. Sí, que abundan. Pero lo resaltante en este cuento es el papel del profesor, quien, ante tantas injusticias y atropellos, lo único que hace es hacerse el de la vista gorda. “¿Por qué?”, me preguntaba yo mientras leía, así como los compañeros de escuela de Paquito, y la respuesta se asomaba claramente: porque el padre del niño abusivo Humberto Grieve, quien le pega a Paco y lo trata como un esclavo, tiene plata. Lo que no deja claro el cuento es si el profesor iba o no a recibir algún trocito del gran pastel. Y qué más da si así fuera. Lo que sí deja en claro este cuento es que el profesor no hace nada por corregir algo evidente: el maltrato y el abuso por parte del niño Grieve hacia Paco Yunque. Lo que sugiere esta acción es que el profesor tiene miedo a algo, algo le impedía hacer su deber.
Vallejo, sabiamente, retrata en este cuento gran parte de lo que ocurre en países como el nuestro: inequidad, diferencia entre ricos y pobres, injusticia, abuso de poder, etc. Pero, entre las tantas cosas que este cuento capta hay dos muy vinculadas a la corrupción reflejadas en los personajes de Grieve y Yunque, que son: impunidad y sumisión, respectivamente. Ambas características son el terreno fértil para la corrupción. El “Obro mal y no pasa nada”, por un lado, y, por otro, el “veo que hacen las cosas mal y no denuncio”.
¿Les suena conocido?
En la última encuesta sobre corrupción a nivel nacional hecha por Proética aparecen algunos datos interesantes que atacan directamente los dos ejes de este artículo y que tiene que ver con la denuncia. La encuesta preguntaba cuán efectivo es denunciar un acto de corrupción y arrojó que el 82% de los encuestados creían que era nada efectivo. Lo que sugiere este dato es que la población en general está acostumbrada a no denunciar, sean por las razones que sean, no lo hacen. Es sobre esto que debemos educar.
Felizmente, algunos ya pusieron manos a la obra. El núcleo anticorrupción de Ayacucho, en el marco de la Escuela Nacional Anticorrupción, ya ha puesto sobre el tapete el tema de la corrupción en el sector educación. Creo que una de las cosas más importantes que ha logrado hasta la presente fecha es reunir a diferentes, y en algunos casos antagónicos, actores: autoridades, líderes sindicales, profesores, etc. en un taller sobre corrupción en el sector. Lo interesante fue ver cómo a través del eje de la corrupción aparecían experiencias y reflexiones acerca de las múltiples problemáticas que hay en el terreno de la educación y que tienen como base común el abuso, la inequidad, la impunidad y la sumisión.
Este es un primer gran paso de inicio que invita a pensar y repensar el quehacer en materia educativa y a evaluarlo, a través de los millones de casos como los que retrata el cuento de Vallejo, para estar seguros que al problema de la corrupción tenemos que combatirlo, sí o sí, poco a poco, pero de raíz.
[1] Fenomenología: Teoría filosófica que se centra en el estudio de los fenómenos y de lo que aparece. (www.rae.es)
[2] En “Diario educar: Tribulaciones de un maestro desarmado”, 2005. Carvallo Rey, Constantino.
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